El comportamiento social siempre va de la mano de las buenas costumbres, de la excelente educación, de una preparación académica acertada, de una ideología sana y una formación religiosa libre y sin castigadores.
EL PROBLEMA CON EL OXÍMORON
Pero el hombre con su confusión en que la libertad es una cuestión de distancia y no de valores y responsabilidad, ha hecho del comportamiento social todo un caos, donde el bueno es calificado de malo y el malo como héroe nacional.
El problema con el oxímoron es más grave de lo que nos imaginamos, el oxímoron es una figura retórica de origen griego en donde se contradicen pensamientos, ideas y formas ideológicas.
Hoy en día con tanto libertinaje aupado por los líderes sociales, por las diferentes culturas religiosas y por las universidades cuna del mal inconformismo social, inconformismo que sólo trae retraso ya que no es fundado por verdaderos criterios, sino por un resentimiento sin causa.
El oxímoron lo vemos en la mayoría de los joven que defienden la protección animal pero están de acuerdo con el aborto, de los que aman el socialismo pero discriminan al necesitado, de los que atacan al capital pero los vemos haciendo cola para comprar el último Iphone.
El oxímoron hace estragos en la religión, en curas defensores de la familia pero que por debajo de su sonata vive la pedofilia, en políticos que hablan de moral pero con su forma de vivir demuestran todo lo contrario.
Estas contradicciones sociales han hecho que el mal triunfe sobre el bien, donde los famosos derechos humanos se convirtieron en el escudo protector del antisocial, donde el desadaptado social no pueda ser reprendido por las fuerzas del orden, donde una mascarilla puede más que las ciencias y una vacuna la esperanza de la humanidad.
Entre los oxímoron podemos encontrar; morir viviendo; pobre pero rico; esclavo y libre; satisfecho con hambre, y, así vivimos engañándonos de una forma poética donde el acostumbrarse y el adaptarse hacen que el hombre termine el redil de los conformes.
Si la humanidad no se sincera con su forma de pensar y de actuar siempre será dominada por los demagogos, populistas y de los que crean religiones salvadoras donde el pecado más terrible es el no dar el tan codiciado diezmo.
Las contradicciones sociales han logrado que el socialismo siga destruyendo países gracias a la falsa moral de los ciudadanos que se creen con más derechos que deberes.
El médico, escritor y dramaturgo ruso Antón Chéjov autor del libro “El Pabellón número seis” quien nos pone a pensar con su libro, quienes están más locos, si a los que calificamos como locos o nosotros mismos. Él no deja este pensamiento donde demuestras que los desocupados son una tragedia para la humanidad. “Aislarse en el trabajo creativo es mejor que las críticas negativas que no hacen nada en absoluto”.
Sólo nos queda defender nuestra forma de ser, sin ser contradictorios con lo que pensamos, creemos y mucho menos con nuestra forma de actuar.
“La falta de definición en el individuo, lo hace presa fácil de criminal populismo”