“El hombre que alimenta la lastima, esta cavando su propia desgracia”
Mucha se habla de las clases sociales o estratos, calificando de una forma despectiva al que tiene y consolando al más necesitado, esto ha llevado a crear odios y resentimientos entre los habitantes que componen una sociedad.
Una condición es la naturaleza y conjunto de características propias de un ser, muchas de ellas de una forma genética donde nada tiene que ver la influencia del otro o del entorno donde se vive, una condición por lo general es tratada por los cuerpo médicos dependiendo el caso.
Los políticos han hecho que la pobreza se vea como una condición humana para poder embaucar a los ciudadanos con sus promesas de mejoras sociales ya que hay que defender y salvar a los condicionados pobres.
Por este motivo es que los gobernantes terminan por meterle la mano en los bolsillos de las personas que trabajan y se esfuerzan por lograr tener un mejor futuro, para auxiliar a los pobres los cuales su condición no los deja progresar.
Ser pobre no es una condición; ser pobre es una situación pasajera cuando se lucha contra ella, ser pobre es una circunstancia momentánea cuando se sabe comprender la situación, ser pobre es una carencia de lo material.
No se debe tener lástima del necesitado y menos mantenerlo por lastima, el pobre no carece de inteligencia ni de habilidades, es un ser que razona y piensa, por lo tanto no se puede consentir su estado ni permitir que por su falta de poder adquisitivo termine manipulando o robando al otro.
No se puede seguir permitiendo que por personas flojas y sinvergüenzas los socialistas continúen destruyendo países enteros con su nefasto cuento de la igualdad social, del ser humanista o filántropo para salvar a la sociedad.
Cuando lo que tenemos en la mayoría es una sociedad enferma de odio, rencor y de vicios, tenemos una juventud irresponsable que no se compromete con el futuro y mucho menos con el país donde se vive.
Ser pobre no es una condición, es un estado del cual se puede salir con trabajo y sacrificio, sin esperar nada de los demás y mucho menos de gobiernos populistas que lo único que logran es quebrar el fisco y al empleador.
Los socialistas son el abanó para que en una sociedad florezca el comunismo y una miseria administrada por demagogos que se convierten en los nuevos ricos, porque gracias a los que critican el capitalismo, al industrial, al trabajador y al ingenioso logran sus criminales propósitos.
Si los ciudadanos entendieran las palabras del diplomático y escritor español Salvador de Madariaga cuando explicaba que nadie se puede doblegar por los caprichos de gobernantes a cambio de unas cuantas dádivas y que se debe tener dignidad para llevar con la frente en alto nuestra situación económica, nos dice “ En mi hambre mando yo”.
Cuando se logre entender que la pobreza no es una condición sino una situación la cual podemos revertir con esfuerzo, trabajo y tenacidad, la riqueza empezará a florecer y la invendida comenzará a desaparecer junto con los resentidos socialistas.
“La riqueza y la pobreza son tan amigas que siempre van tomadas de la mano”