Casi todo lo que es de acceso público en Internet está siendo «raspado» o descargado (o «scraped» en inglés) por varias fuentes. Al principio, eran sobre todo los motores de búsqueda que lo hacían, pero el asunto se ha ido expandiendo hasta incluir sitios de archivo, investigadores, tiendas de publicidad, agencias gubernamentales y muchas otras organizaciones que están hambrientas de datos para recopilar y analizar. Es un hecho de la vida moderna, un subproducto de la web abierta, y algo con lo que estoy muy familiarizado.
Twitter ha implementado recientemente algunos límites estrictos de «lectura» diaria en cuentas de usuarios normales e incluso en cuentas verificadas, quejándose del raspado al que están siendo sometidos. También han bloqueado todo el sitio web de la vista a menos que tengas una cuenta. Elon Musk ha implementado estas soluciones al problema planteado.
Tengo serias dudas sobre la verdadera motivación detrás de estos cambios. Obviamente hay mejores formas de combatir el raspado excesivo en lugar de implementar limitaciones generales para todos. Últimamente uso Twitter muy poco, lo reviso rápidamente en ciertos horarios del día, y ya recibí el error de límite de frecuencia de lectura. Por el grado de conocimientos técnicos de Elon Musk y su equipo de trabajo, me resulta muy difícil creer que no puedan manejar y controlar el tráfico del raspado, en particular, que no puedan abordar el raspado de la misma manera que lo han hecho otras empresas.
Por ejemplo, a través del monitoreo constante del sitio y las fuentes de tráfico que, por cierto, son datos en conocimiento de Twitter en la actualidad. De esta forma se puede identificar la IP y las redes específicas desde donde se origina el raspado. A través de reglas de firewall o incluso a nivel del código de aplicación, es posible prohibir estas fuentes y las que aparezcan en el futuro. Incluso es posible identificar aquellos usuarios que constantemente acceden a través de una VPN y proceder con el bloqueo correspondiente.
Como segunda estrategia, también es posible establecer límites de velocidad de acceso a las distintas capas de una aplicación. Un usuario normal que accede desde su computadora o teléfono celular tendrá un comportamiento constante y cíclico en el uso del ancho de banda. Una máquina haciendo raspado y extrayendo datos de forma voraz, lo hará a velocidades que un usuario normal no podría alcanzar.
Si Elon Musk en verdad quisiera proteger la data de sus usuarios habría mantenido el sitio totalmente abierto. Hubiese sido más que suficiente con implementar alguna de las sugerencias anteriores, junto a su primera línea de vicepresidentes de tecnología y seguridad. Sin embargo, las medidas implementadas por el CEO de Twitter alimentan lo que él dice combatir: censura, mordaza a la información, información a destiempo y un acceso inoportuno a la noticia.
Ahora Twitter parece haber tomado un camino aún peor que Facebook: restringe el acceso al público que no quiere crear una cuenta y por si fuera poco te limita la lectura, lo que supone una disminución considerable del acceso a la información.
Y las razones para desconfiar de Elon Musk son más que evidentes. Recientemente, por ejemplo, se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron. No me extrañaría si Twitter comenzara a censurar el contenido en «nombre del gobierno». Podrían reconocer fácilmente los usuarios franceses y aplicar las medidas necesarias para que dichos usuarios no vean ciertas cosas. Incluso podrían identificarlos si iniciaran sesión a través de una IP en otro país.
Por lo menos antes solo eran los políticos que nos decían algo y luego acababan haciendo lo contrario. Ahora, también tenemos que prestar atención a los hombres de negocios y los magnates famosos.
¡Qué casualidad que los límites de Twitter llegan justo al explotar los disturbios en Francia! Algunos dirían que incluso es conveniente. Así que los fanáticos de Musk, con la compra de Twitter, esperaban una entrada triunfal al mundo de la libre expresión y… ¡Vaya sorpesa! Lo que nos ha traído el 2023 con las soluciones de Elon Musk: medidas igual o más arbitrarias que el CEO anterior Jack Dorsey.