Sucedió hace más de 3 años, cuando nos propusimos llevar al tapete público de forma masiva, la gran maquinaria jesuita alrededor del mundo. Queríamos que la gente se enterara los siglos de engaños que los jesuitas le han proporcionado a las culturas de prácticamente todas las latitudes del planeta. Queríamos mostrar entre otras cosas, la relación de la Orden con el comunismo. Realizamos un conjunto de alrededor 100 tweet concatenados, con evidencias concretas y los lanzamos al arena pública.
No importa por dónde mires el Globalismo, siempre encontrarás al menos un jesuita
No tardó mucho tiempo. Pocas semanas después, la red social Twitter censuró, rompió y borró algunas evidencias del escrito. Fue así como vivimos la primera censura oficial, supuestamente por violar una regla de Twitter. Resultado: un mes de suspensión y la incertidumbre de poder acceder la cuenta de nuevo. Por irónico que parezca, hasta el día de hoy Twitter no ha sabido informarnos cuál regla exactamente se incumplió.
¿Cuál es el secreto de los Jesuitas?
Reclutamiento de muchos adeptos, con o sin hábito en todas los escalafones sociales; estrategias psicológicas militares aplicadas a civiles; un gran conocimiento del arte del engaño y sobre todo haciéndose pasar por personas bondadosas, empáticas y tranquilas, en síntesis: lobos vestidos con piel de oveja (o hábitos de curas en este caso).
Atreverse a encarar la batalla contra el Globalismo no es solo cuestión de tener los recursos monetarios y contactos institucionales. También requiere la ruptura de paradigmas sociales, religiosos y demás creencias que nos inculcó el propio enemigo global cuando recién éramos pequeños, recién llegados a este mundo.
Los Jesuitas y el Globalismo contra Bolsonaro
Hace apenas pocas horas la Comisión ARNS, supuesta organización apartidista, junto a otra ONG llamada Conectas, elevaron una denuncia contra el presidente Jair Bolsonaro ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. ¿La razón según ellos? El manejo de la pandemia por parte del gobierno federal.
Pero antes de crucificar a Bolsonaro por la avalancha mediática, debemos recordar algunos puntos estratégicos:
Primero. Es falso que estas ONG sean organización sin inclinación política. Conectas por ejemplo, se puede apreciar en su sitio web, realizó el primer encuentro después haber sido fundada en el año 2001. Un evento internacional patrocinado por 2 fuertes instituciones: la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo (Jesuitas) y la Universidad de Columbia (ampliamente involucrada en actividades políticas de izquierda).
Y eso no es todo. En el año 2006, el mismo año de la creación del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Conectas obtuvo el estatus consultivo en la ONU. Vale mencionar que el Consejo de DDHH desde su creación no ha hecho otra cosa que favorecer a tiranos alrededor del mundo.
Segundo. La ONG llamada Comisión ARNS, fundada en 1988, se llama así en honor al Arzobispo Paulo Evaristo Arns, un jesuita abiertamente favorable a la revolución cubana de los Castro, un impulsor de la teología de la liberación: es decir un comunista. Tan es así que en 1988 este arzobispo envió carta abierta a Fidel Castro felicitándolo por los 30 años de la revolución en la isla. Las cosas no pueden ser más evidentes. Por si fuera poco, la Comisión Arns es un aliado natural del Partido de los Trabajadores (PT), es decir una conexión abiertamente socialistas.
¿Qué va a pasar con Bolsonaro?
Depende del propio Jair Bolsonaro. Si el presidente se queda sin hacer nada es probable que este pequeño acto irá creciendo como una bola de nieve, al fin y al cabo los jesuitas son expertos en hacerle creer a la gran masa de gente que ahí afuera «hay un enemigo común». Lo hicieron los jesuitas en el siglo XVI con los indios Guaraníes y el supuesto enemigo el «ejército portugués». Igualmente lo hicieron en la Rusia del siglo XX de la mano de la revolución bolchevique. Y también, por increíble que parezca, lo hicieron con la revolución cubana de los Castro.
Por otro lado si el presidente Bolsonaro realmente quiere luchar contra el Globalismo, no queda más que darle el mismo consejo que le hemos dado a todos aquellos presidentes que en algún momento se han pronunciado (al menos de boca para afuera) en contra del Globalismo. Solo nos queda recomendar al presidente de Brasil expulsar a toda la congregación llamada Orden Militar de los Jesuitas, tal como lo hicieron muchos monarcas en siglos pasados cuando eventualmente se daban cuenta de las verdaderas intenciones de la congregación: conquistar el poder.
Hasta ahora en el siglo XXI no hemos visto un solo mandatario con los pantalones para tomar la decisión y mientras eso no suceda, los jesuitas continuarán conquistando los poderes locales y globales, esta vez de la mano de los socialistas, Naciones Unidas y su perversa Agenda2030.
(Ver lista de expulsiones a continuación)